El jueves 8 de febrero nos visitó al
Seminario Federico de Onís el editor, poeta
y crítico cultural colombiano Mario Jurisch. Co-director de la revista
literaria El Malpensante, de Bogotá. El Malpensante es una de las revistas
literarias de mayor arraigo en Latinoamérica al presente, con una publicación
ininterrumpida desde el 1996, cuando el también escritor colombiano Andrés
Hoyos Restrepo y Jurisch intercambiaran visiones sobre lo que debía ser una
revista literaria que mirara al siglo XXI. Presente entre el público asistente,
estuvieron los estudiantes del Seminario de Teoría y Práctica Editorial (ESIN
4080), curso que ofrece el Programa de Estudios Interdisciplinarios de la
Facultad de Humanidades en la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras.
Jursich, ameno y relajado, compartió los
principios arquitecturales de una revista literaria de ambicionada circulación.
“Al principio, a Andrés Hoyos y a mí nos parecía que los materiales en las
revistas del momento eran aburridos, que no respondían a la mentalidad de la
literatura que se estaba escribiendo en ese momento en Colombia. Con todo y
eso, apostamos a perder. Pautamos los primeros tres años para tener poca o
ningún retorno de inversión”, dijo Jursich, quien explicó que la perseverancia
y la tenacidad fueron factores propulsores en el consecuente éxito de la
revista. “No había fórmula más allá que la de publicar artículos que estuviesen
bien escritos, no importaba si venían firmados por un escritor de renombre o de
una pluma emergente”.
Tal fue el caso de la ginecóloga
colombiana de la Cruz Roja y la ONG Médicos sin Fronteras, Natalia Aguirre
Zimerman, quien sin ningún bagaje literario precedente, escribió una serie de
correos electrónicos sobre su experiencia en Afganistán y que subsecuentemente
se convirtieron en el ensayo “300 días en Afganistán”, escrito que recibió
reconocimiento periodístico en Colombia durante el 2004.
El Malpensante fue creada un 31 de
octubre, fecha seleccionada a propósito, por ser la fecha en que se celebra el
Día de las Brujas. El término "malpensante" nació en la época de la Revolución Francesa, en una especie de contraposición al término que existía en ese entonces que era el "bienpensante".
"El bienpensante era la gente partidaria de la Antigua Monarquía. Por extensión, hoy en día vino a significar todo tipo de actitudes, no solo muy liberales, sino cierto espíritu vanguardista, arriesgado. Tratar de incursionar en terrenos en los cuales no había tradición y había que ir creando de la nada", comentó Jursich.
Al final, Jursich hizo recomendaciones para aquellos que aspiran a crear en algún momento una publicación literaria.